domingo, 30 de agosto de 2009

Sí. Lisa tiene tanta razón; estos niños están obesos de mierda. La leche viene de un seno ya envasado y ya no ansían sino más manipulaciones para sus ojos, sus bocas, sus manos...
Las degradadas generaciones nativas , despellejadas de a poco (ya ni músculos se les ven en las sonrisas)
Cambiemos los matices, apropiémosnos de la luz, y pintemos nuestro pueblo con los colores de nuestros cuerpos. Enseñemos a los niños a jugar a pintar...De ahí partamos por contrastes y disoluciones, antes nos queda por rescatar sólo las mejores artes...
Y dejar de comer la mierda color oro.

sábado, 29 de agosto de 2009

AMOR Y MUJERES
Un
seductor hace que la mujer crea que será fácil dominarlo; la infeliz termina por transformarse en esclava en
poco tiempo.
En una persona, el amor tiene una condición o imágenes múltiples.
Cuando la musa sostenga que es preferible morir a ser mujer sin encantos, se aproximará el fin de su
arte. Aunque tal vez este terminase por ser tragedia o comedia.
Cuando el joven no puede amar lo nuevo, se pone a la defensiva.
El “desinterés” no tiene valor ni en el cielo ni en la tierra. Todo problema necesita un “gran amor” y sólo
lo pueden lograr quienes tienen espíritus poderosos.
El hombre y la mujer entienden cosas diferentes por la palabra amor. Y para que exista este sentimiento
entre los sexos, se necesita que ninguno presuponga en el otro la misma idea de “amor”.
El amor entendido como un todo, en su grandeza y plenitud, es naturaleza y por lo tanto, inmoral para
siempre.
El amor tiene más miedo al cambio que a la destrucción
F.Nietzsche

El color de los pezones de mi madre

El calor es distinto. En África se sentía dulce, resbalaba por la piel y se enjuagaba con el agua, siempre disponible en ríos, lagos y hasta en las hojas de los árboles. Aquí también estaría, e incluso la escucho tentadora, cercana e inalcanzable. El calor huele. Huele a este lugar donde antes otros hombres han sido encerrados como yo, durante períodos que dependen no sé de qué, supongo que de las leyes trazadas por ese dios que ellos dicen que se escribe con mayúscula. Pero yo no sé escribir y sólo reconozco a los dioses que dejé en mi tribu y sentí alejarse a medida que el galeón atravesaba el mar.
En el galeón también había calor. Y también era y olía distinto, porque se combinaba con el sudor del miedo y con los vómitos apelmazados en las tablas de ese y otros viajes. Los grilletes hervían y llagaban los tobillos y las muñecas. Y otros olores a podrido se posaban en el aire e inundaban las fosas nasales. Para los muertos no había fosas ni ceremonias, con los nuestros o con su dios. Simplemente nos obligaban a izarlos para tirarlos al mar, sin importarles que nos gotearan sus fluidos descompuestos, ni siquiera porque así arriesgaban más sus ganancias para cuando llegáramos a América. No sabíamos qué era América.

Pero acá llegamos.
Fuimos recibidos por decenas de hombres armados con arcabuces y lanzas que a veces nos enterraban, de a poquito, en los costados. Yo tengo una cicatriz, pequeña, en la parte izquierda. Cuando me enterraron la punta caliente de la lanza, me dolió. Me ardió. Y me produjo una rabia inmensa, que no he podido dejar. Por eso estoy aquí, ahora. A pesar de que nos esperaba, también, un hombre llamado Pedro. No sé si es el mismo sobre el que dicen que construyeron una iglesia, pero no creo, porque esa iglesia permite que nos maltraten y nos maten, y este Pedro nos recibía bien. Al menos nos daba agua dulce e impedía que nos maltrataran más. Era en un sitio llamado Cartagena, luego supe el nombre. Yo pude conocer más a ese hombre, pues él exigió atenderme la herida, y así logré recuperarme un poco. Y bañarme.
Nos separaron, a medida que nos vendían. Fui de los últimos, pese a ser joven y fuerte. Pero la herida en el costado aún dejaba escapar, lento, viscoso, un hilillo de sangre. Me gustó verla. Sentir un cosquilleo mientras bajaba a la cintura, mojaba la tela que apenas cubría mi sexo y después se escurría por la ingle a la pierna. Formó un charquito en la tarima donde nos exhibían. No sé cuánto valí, pero el hombre al que me obligan a decirle amo, dice que mucho. Pero estoy seguro de que pagó menos de lo que valgo. En monedas, al menos. El viajó a caballo y nosotros a pie. Éramos ocho, yo iba último, seguro creían que si me moría en el camino, los demás podrían seguir con sólo zafarme los grilletes. Pero resistí, alimentado por el odio. Hablábamos idiomas diferentes, por lo que marchábamos en silencio. Sólo entendíamos la palabra negros, en medio de los gritos de los guardias. Esa palabra que, llevada a mi lengua, significaba el color de los pezones de mi madre, de los carbones al día siguiente a una fogata, de los remolinos en el agua turbulenta en una noche sin luna.
Sin embargo, me gustó llegar a la plantación. No se veía, pero se oía. Primero fue el pequeño rumor de un tum tum acompasado; después, el sonido hueco de un árbol tumbado en la selva, al mismo ritmo con el que eran tocados los tambores en mi tierra para recibir a los guerreros en la victoria. Es el mismo sonido que he escuchado desde cuando me encerraron en este sitio, es el mismo ritmo que se le impone a mi corazón para que siga latiendo. Entendí que era la señal de que alguien de mi propia tribu, capturado quién sabe cuánto tiempo antes, era sometido a estos suplicios y soportaba con dignidad la agonía. Tres días después los encontré. Eran un hombre casi anciano y un adolescente, a quienes reconocí pronto, pese a haberlos dejado de ver dos años antes, repentinamente, sin explicación. Los cazaron con el mismo método que emplearon conmigo, aunque con ellos fue más fácil, por sus edades.

Quien les opuso la misma resistencia que yo, fue la mujer a quien aquí llaman Teresa, de un clan hermano, cerca a nuestra aldea. En las noches nos reuníamos y me pedían que les contara historias recientes del África remota. Yo preferiría quedarme sin saber nada, absolutamente nada, de mi gente, con tal de que otro hermano no sea cazado y traído con cadenas. Pero sé que otras historias serán contadas.
He visto ya tres lunas llenas desde cuando estoy en este alpende, muriéndome de pensamientos y de soledad. Cuando pueden, golpean con amor la corteza del árbol convertido en cientos de tambores. Anoche hubo silencio y sólo escuchaba el recuerdo de voces que se quedaron allá, y no logro reproducirlas igual.No me arrepiento de estar acá. O de las razones por las cuales me trajeron. Nunca podría haber permitido que el hijo del blanco pellizcara los pezones negros de Teresa. Recuerdo que lo empujé, en medio de un grito como los que dábamos antes de ir a la batalla. Estaba en medio de tres guardias que lo custodiaban, pero me le abalancé. Vi el brillo de los ojos agradecidos de ella y oí el chillido de horror de los blancos. Desperté aquí y aquí estoy.
Ya viene. Es exactamente a esta hora, cuando viene. Coquetea por entre las hojas del árbol y, al final, penetra por entre dos tablas. Delgadito, casi tímido. Hoy le corresponde el turno al tobillo derecho. Un rato, apenas. Cuando se vuelve a ir, y si se acuerdan, me traen algo de agua y comida. Aquí está, calentándome esa parte, que se encarga de recibir la energía para repartirla a todo el cuerpo. Sería más fácil poner un brazo, y ya. Pero no puede ser que, por falta de la luz directa del sol, me vuelva blanco, como ellos. A veces me tocó asumir unas posiciones ridículas, hasta graciosas, como cuando fue el turno del cuello o de las nalgas. Con el tobillo es fácil: mezo el pie de un lado a otro, guardando el equilibrio, pues perdería un segundo de sol y eso no puede ser. Ese calor sí es delicioso. No sé cómo explicarlo, pero es un calor refrescante.

Ya se fue, otra vez.
Mañana le tocaría al tobillo izquierdo, no se me puede olvidar. Voy a repetirlo varias veces, el tobillo izquierdo, el tobillo izquierdo, porque como pienso tantas cosas durante el día y la noche, se me pueden borrar los turnos y quedarme blanca alguna parte del cuerpo. Pero no sé si alcanzaré, pues mañana me matarán, como ejemplo para que otros negros no se rebelen. Ojalá lo hagan después del medio día, para que alcance a tocarle un poco de sol al tobillo izquierdo, y morirme todo negro, con el color de los pezones de mi madre.
Pure adrénaline de l'Amour!!

Monocromos


Crudo en los elementales pasando pasando soldado descordinado
cantando sus temas con las bocas tristes, las bocas raspadas
Cuál es el enojo que no se puede reciclar
seleccionando avanzamos por el rojo por el verde
Siguiendo tus líneas trazadas desordenadas
"intentando cada vez pisar más fuerte contra el suelo!"
Calientes expresiones caliente la acera los pies quemados la mente alerta
sucedánea adrenalina el verano interno enciende el fuego
pasando pisando encontrando el monocromo de las sombras autónomas
Buscando encontrar la realidad en bajo y Negro...

domingo, 16 de agosto de 2009

Meet with ET

vamos a ver
vamos a ver

¿a qué hora nos juntamos?
¿llevo pastel?
¿y tu el mantel?

Pero devuelta no te demori mucho
que algunos se han demorado años en volver...

martes, 11 de agosto de 2009

domingo, 9 de agosto de 2009

MAL GUSTO

http://www.youtube.com/watch?v=1Y9QWeD-psA&NR=1

anoche me acomodaba así los sesos
pero algo sobró...

sábado, 8 de agosto de 2009

Estaban bien cerrados
los ojos de aquella malena
todo lo deja de lado
cuando baila con luna llena
... dispuestos
a destrozarse las caras
por conseguir el puesto
de ganador en la batalla
Y siempre esta chica
que no quiere saber nada de nadie
y siempre esa niña
que escapa de cualquier hombre y descubre...
tus colores con su baile
Y ahora hace unos días
nadie sabe donde se esconde
Y hoy me dijo su amiga
que la malena no tiene amo
que se jugó su vida
por no tener a nadie a su lado
Y siempre esta chica
que no quiere saber nada de nadie
Y siempre esa niña
que escapa de cualquier hombre y descubre...
tus colores con su baile
Y sin querer saber nada de nadie
saca tus colores con su baile.
Itxu

De Samurai a Yakuza

Juegos de protección y servicios.
Los locos tatuados, los dragonesocultos bajo camisas y pantalones
893: juego perdido.
nada mas y nada menos que legados
por los yankies
sus ternos y sus autos y sus artículos, all black baby
ya no se distingue entre moral y dinero.
Ni a los políticos ni a los mafiosos.


Puros Juegos.
La espada ya cayó
y los dados se siguen lanzando
mientras se apuesta a la prostitución


¡toda la fe!


Tekkonkikreet

Mi parte - Ramas de Proteínas.



Perros salvajes
con bozales hay que
llevarlos.
Y a esa mujer
con
calzoncillos.

viernes, 7 de agosto de 2009

Vomito y Erección

Una noche en un bar sentada en la orilla de la barra mirando agonizando encandilada por el foco principal escuchando el rock más clásico las bolas del pool chocar. El trsh de la cerveza y el olor ron añejo bacilaban por mi cara y perros callejeros saludando en la entrada mostrando las caries. Unas cinturas mareantes de por aquí y el vuelo ingenuo de mis órbitas. El camino a mear crece el imán del calzón se desgasta. Matando polillas malholientes y ahogándome en el espejo mojado...otra vez luz de cabaret con Don Piloto Automático la silla se retuerce o los sesos nublados y cuando salimos a fumar marichota
la vista se ensanchó y la vida se durmió.

sábado, 1 de agosto de 2009


No siempre Medusa se veía en furores [condición de su belleza]
.
.
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No siempre [mira] te mataba
.
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Y no siempre las gorgonas cantaron veneno...

Buena Cocorosie weón...


http://www.youtube.com/watch?v=8vwaPunGhC0&feature=PlayList&p=9E0A6B8BD7948AAF&index=13&playnext=13&playnext_from=PL

Aquí dejo lo que soy
el calcio de mi esqueleto
convertido en palabra
sobre un trozo de papel
Aquí dejo mi memoria
la materia de mi ser
transformada en tinta
sobre un trozo de papel
Os lo dejo todo
lo que sentí y pensé,
mis plumas y serpientes
mis palmeras y distancias,
mi alma abierta y entera,
punto a punto y letra a letra,
como la huella de un hombre
sobre un trozo de papel.
Sol Azul
Alfonso Vallejo