jueves, 21 de julio de 2011

Bukowski




sirena

tenía que ir al baño por algo
y toqué
y estabas en la bañera
te habías lavado la cara y el cabello
y te vi la parte de arriba
y excepto por los pechos
parecías una chica de 5, u 8
estabas meciéndote alegremente en el agua
Linda Lee.
no eras sólo la esencia de aquél
momento
sino de todos mis momentos
hasta entonces
bañándote con facilidad en el marfil
y no había nada que
pudiera decirte.
tomé lo que andaba
buscando
y salí.

lunes, 18 de julio de 2011

Un poco de Mierda para la Humanidad.

PRISIOOONEEEEEROOOO DE LA LIBEERTAAADDDD!!!
MALDITOS DEMÓCRATAS! LA CACA DE LA FELICIDAD!! VÓMITO DEL REY OBESOOOO!! TRANSFORMADO EN BELLEZA SUPREMA SUBLIME. LIMPIEZA AL ALCANCE DEL BOLSILLO.
si como dice mi cansado pero amigo Artaud


La Vida es

LA BÚSQUEDA DE LA FECALIDAD.
PERO ESA PODRIDA! NO LA ESCONDIDA! LA BURLEZCA! Y NO LA HIPÓCRITA!
Tal cómo escribía ella, Emma Goldman, la madre y la hija del anarquismo


LA HIPOCRECÍA DEL PURITANISMO

MUJERES-FASTIDIO LAS NIUNBRILLO CON MUCHO BRILLO.

Y VÁYANSE TODOS A LA CONCHADESUMADRE.


GRACIAS...

sábado, 16 de julio de 2011

Una CoraSonata Porteña



TOCA EL PIANO BORRACHO
COMO UN INSTRUMENTO DE PERCUSIÓN
HASTA QUE LOS DEDOS TE EMPIECEN A SANGRAR
UN POCO.



ʺLo peor de todo es que algún tiempo después de mi muerte se me va a descubrir
de verdad. Todos los que me tenían miedo o me odiaban cuando estaba vivo
abrazarán de repente mi memoria. Mis palabras estarán en todas partes. Se crearan
clubs sociales y sociedades. Será como para volverse loco. Se hará una película de
mi vida. Me pintarán mucho más valiente de lo que soy y con mucho más talento
del que tengo. Mucho más. Será como para hacer vomitar a los dioses. La especie
humana lo exagera todo: a sus héroes, a sus enemigos, su importancia.ʺ



esperando
en una vida llena de pequeñas historias
la llegada de la muerte




no sabes cuánto...

ni yo lo supuse jamás.

y no sabes cuánto.



40.000 moscas
separados por una tormenta pasajera
nos juntamos nuevamente

revisamos las paredes los techos buscando fisuras
y las eternas arañas

me pregunto si habrá una mujer más

ahora
40.000 moscas recorren los brazos
de mi alma
cantando:
ʺI met a million dollar baby in a
5 and 10 cent storeʺ

¿brazos de mi alma?
¿moscas?
¿cantando?

¿qué clase de mierda es ésta?

es tan fácil ser un poeta
y tan difícil ser
un hombre.
cincuentayun mono y sus respectivas par de cabezas

sueltas

en el aire

destinada a la bananería tropical

de la legión sudaca.

Infierno bajo el sol

de las hojas militantes

en la madera se esconden los grillos azules

y la savia quema el pasto seco

moreno

acicalada la lluvia

descubriendo ese cuerpo tostado y bien erecto

afirmado por cuarenta trozos de metal

enrrollados con alfileres

estacas

punzadas

ojales de lirios. Una luz nublada penetró

la selva húmeda...



Al fin, el ruido cambió de color.

martes, 12 de julio de 2011

Soldat



Me encuentro con una puerta entreabierta, dejando ver la oscuridad de esa noche, parecía helada, seca, pero a lo lejos intervinieron las hojas...cayeron hasta uno de mis pies y no alcancé a recoger una , cuando sonó una flauta. Había alguien , lo sabía, pero ¿dónde? Había recorrido toda la casa, y sí, era enorme, tenia un desván -fue lo primero que visité, en que hurgué, también había una pieza que parecía estar cerrada con llave, pero la forcé y entré. Donde también comprobé que seguía vacía, que solo yo estaba ahí, pero seguí escuchando el sonido de la flauta, ¿podría ser otra cosa? Seguí de pie, frente a la puerta a punto de cerrarse por el viento duro de afuera, la noche estaba también vacía. Miraba hacia la calle, no sabía si entrar o salir, me quedé ahí. Por un momento. Pero la inquietud me obligó a volverme. Me di vuelta y a unos cuantos pasos de mí, estaba parado un hombre alto, delgado, tenía el pelo largo. Lo vi porque no estaba de frente directamente mirándome, creo que ni siquiera me miraba. Y sostenía con ambas manos lo que creía era una flauta, más larga de lo que recuerdo. Y el susto me hizo tambalear, sentí neusea y me sentí desorbitada, mareada como si un olor me hubiera expulsado hacia un lugar del que no tenía noción. Él siguió tocando , mientras avanzó muy lentamente pero seguro hacia donde yo estaba, apoyada de espaldas en la pared. Intenté verle el rostro, fue imposible. La única luz que iluminaba lo que pude describir hasta ahora, me llegaba directo a la cara, sólo veía la silueta, hermosa, de este hombre. Sabía que era un hombre, lo noté porque también me fijé en las calzas ajustadas que llevaba puestas. Se podía ver un gran bulto.Intenté decir algo, pero la impresión aún me asfixiaba un poco. No tuve ganas de correr o de gritar, sólo que cuando comenzó a estar cada vez más cerca- y pude darme cuenta de ello- mi cara empezó a calentarse y me sentí roja, ahollada. Le sonreí. Quería saber si me diría algo, si dejaría de tocar aquello que no puedo recordar.
Oh, el recuerdo, el silencioso recuerdo.
El pasillo era lo bastante largo, como para notar que él avanzó casi veinte pasos para llegar a mí, a una distancia de no más de dos... Se paró y fingió bailar, porque se movía como si estuviera burlándose de sí mismo, como si quisiera agraciarme. Me agradó y le devolví otra sonrisa. Mi brazo seguía apoyado en la pared y el otro suelto, caído. Me excitó, no bastante, pero me sentí cálida cuando lo vi moverse y pude notar en sus facciones una sonrisa. Dejó de moverse, y dejó de tocar. Pero seguía tomando la flauta con las dos manos y la sostenía con sus labios. En ese momento me llegó un viento con un olor exquisito. Era como madera, era como barro, me di cuenta de que era su aroma. O de su cuerpo. ¿O su boca? Ambos nos dimos cuenta de que yo había sentido su olor, por la manera en que junté los párpados, complacida, y a la vez por cómo me acerqué muy sutilmente a su cuello para absorver todo ese delicioso hedor. Mis ojos llegaban a la altura de su cuello. Cuando abrí los ojos, después de un rato muy largo, vi que me estaba mirando, vi el brillo de sus ojos, que no eran pequeños, redondos, o tal vez no, normales, pero intensos. Distinguí la pupila inmensa que acaparaba esos ojos amarillos. Y comenzó a jugar con la flauta que aún tenía entre los labios, la soltaba despacio, para acariciarla con la lengua. Pude ver una masa muy rosada, delgada y larga salir y jugar con la boquilla de la flauta. Con el borde, los lados, el orificio por el que soplaba esas notas. Y a veces se metía la flauta a la boca y la apretaba con los labios y lo hacía una y otra vez... no dejé que pasara mucho tiempo para meterme la mano bajo el pantalón y el calzón y empezar a tocarme la vagina con un dedo. Un sólo dedo. Él se acercó hasta que pude ver una nariz larga, no muy gruesa y pude ver el color de su piel, pálida, y el color de su boca, roja. Rojísima. Y sentí su respiración chocar con la mía. Tomó la flauta con una mano y la acercó a mi mejilla. Estaba mojada y helada, la sentía entre la mejilla y el comienzo de mi boca, en el mentón y el cuello. Y con la otra mano, se mojó el dedo índice y empezó a jugar con mi pequeña nuez, esa que sale de la garganta... la hacía vibrar, provocándome tragar mucha saliba, y sin darme cuenta tenía la boca de la flauta en un pezón movida ágilmente por su mano. Mientras me masturbaba sentía lo mojada que estaba. Por mi entrepierna caía una gota de jugo, que llegaba hasta casi la rodilla. Cuando estube a punto de acabar, sus dientes mordieron mi cuello, justo el lugar donde me estaba tocando con el dedo y me succionó toda la piel muy fuerte, agarrándome la cabeza contra su boca abierta, inmensa, que se llevaba toda mi aspiración... Caí al suelo, sentada, con la cabeza mirando hacia el techo que estaba muy muy arriba...con una mano en el clítoris y otra cubriéndome el cuello, agonizando y los ojos desorbitados. No podía sostenerme bien, ahí sentada, y de la boca inevitablemente abierta me salían algunos murmullos, no sé qué decían. El corazón me palpitaba tan fuerte que podía escucharlo desde afuera, y aún sentía los dientes clavados de él en mi cuello. Lo busqué con la mirada aturdida, pero no lo vi. No había nadie. La puerta seguía entreabierta, y afuera el viento casi se llevaba al árbol que había a lo lejos.

lunes, 11 de julio de 2011

)1, 2, 3(


Me parece muy bonito- dijo Alicia cuando lo hubo terminado-, sólo que
es algo difícil de comprender (como veremos a Alicia no le gustaba
confesar, y ni siquiera tener que reconocer ella sola, que no podía encontrarle
ni pies y cabeza al poema). Es como si me llenara la cabeza de ideas,
¡sólo que no sabría decir cuáles son! En todo caso, lo que sí está claro, es que
alguien ha matado a algo...

lunes, 4 de julio de 2011

Una vez el diablo está en tu sangre

tan pequeño que no puedes verlo...

...entonces no hay vuelta atrás.

Está en tu piel, en tu corazón y tus huesos, y allí crece.

Él te mueve y no hay nada que pueda hacer Jesús

Tu única esperanza es morir

...o arrancarte las extremidades...

...para no hacer el trabajo del diablo.

Córtate la lengua y los pies...

...porque ya no son tuyos sino de él...
Jesús tiene buenas manos,

suaves y rosadas.

Las del diablo son rudas y negras.

Puedes sentir su toque como una lija...

...rascando tu espalda y arañando tus tripas.

Las manos de Jesús vinieron...

...y las del diablo prendieron la sangre...

...tan caliente que tienes que moverte para enfriarla.

Tienes que hacer algo.

Las ociosas manos del diablo trabajan...

...y es cierto que las manos ociosas son las manos del diablo.

Cuando el sol brilla

y Jesús mantiene su séquito...

...todo es luz.

Pero cuando viene la oscuridad,

todo cambia...

...y vienen los otros ángeles,

negros, sin dientes...

...volando, con movimientos rápidos.

Gritan y ven tus pensamientos...

...y toda esa maldad permanece obstruída.

...y tus tripas se mueven,

tu corazón trabaja...

...hasta que el pecado fluye por tu sangre.