sábado, 31 de marzo de 2012

SolidRock.DarkSea.BlondPain



Bueno, estoy colgando de una roca sólida. Para mí ha sido castigado, para mí fue odiado. Para mí fue rechazado por un mundo que él creó. Es la forma de la carne a la guerra en contra del espíritu. Veinticuatro horas al día se puede sentir y se puede oír, utilizando todos los dispositivos bajo el sol. Bueno, estoy colgando de una roca sólida. Una roca hecha antes de la creación del mundo.

EL DIA EN LLAMAS



Los otros podían quedarse, pero él no. Lejos, más lejos. Más allá de la ciudad, más allá del campo. No ya caminando sino a bordo de un barco, con un alto mástil y las velas de la libertad, flameando sobre su cabeza. Llegaba a las orillas perdidas, a las orillas mágicas. Las surcaba, las dejaba atrás, iba más allá del mundo de los hombres, a través del desierto hasta que, como siempre, llegaba al más allá. Las verdes florestas, los ríos amarillos, las naciones negras, los negros salvajes. El lugar que siempre había conocido, de donde había partido y al que debía regresar. El lugar de sus sueños, de la música salvaje, del rítmico golpear de pies y las hileras danzantes. Y como siempre, más allá de los bailarines, más arriba, los dos que estaban aguardándolo: El Rey Negro y La Reina Negra. De nuevo se acercaba. Y la Reina comenzaba a metamorfosearse, como siempre...

Era la mujer de la granja, y lo tomaba en sus brazos, ruda, salvajemente. Sentía su aliento, veía el blanco de sus ojos. Y luego también ella se diluía en sombra, y los ojos ya no eran blancos, sino pequeños e inyectados en sangre, los labios desaparecían tras la barba, los dientes mutilados aparecían en contorsionada mueca.


"¡Deme mis versos! ¡Deme mis versos!"


Y el sonido de su propia voz lo despertaba, frío y tembloroso en la oscuridad de la noche.

lunes, 26 de marzo de 2012