domingo, 28 de julio de 2013

Vista marea


Una porción de cordillera, del muro blanco que atraviesa esa experiencia que siempre ajena y barza nos penetra, esa, la inspiración, sobre la muerte y el cautiverio. Techos de zinc, el muro hacia una porción más grande, más inmensa, que nos acerca a esas ideas sobre el infinito, sobre la eternidad. Alturas construidas de planos perfectos, de paredes que sólo son miles de ventanas, donde habitan los fantasmas, ahí los muertos producen lo cotidiano, pasillos vacíos, pasillos sombríos; esas nuevas construcciones que le quitan el espesor al cielo, que borran la densidad de las montañas, que anulan las bellas manchas que a su alrededor son derrumbadas poco  a poco... quitándole el calor a los pasos, quitándole lugar a la tierra. Un día La tierra ácida hará succión, fuerte succión. 

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