domingo, 20 de septiembre de 2009

Fachada de dos hombres


Y Gapel lloraba mientras Letón hablaba.
L: Aquí no hay puertas ni ventanas, porque no hay adonde entrar o para qué salir. Somos la máscara, la sopa de letras, la pintura.
Pero ocultamos ¿ves?, siempre alimentamos, y nos comprendemos-

G:-¡Cómo darle la vida a la obra! ¿¿Verdad??

L: Bueno, somos la obra en vida, es cierto. Pero no seríamos si no nos vieran y nos opinaran, nos criticaran o nos manosearan.

G: ¡Entonces tenemos todas las puertas y todas las ventanas mi amor! Ya está en las primeras letras de nuestro cuerpo inventado la necesidad de la entrada, la intensión de la salida...Ocultamos ¿ves? pero nos ocultamos no sólo entre nosotros dos, si no con los de allá.

L:... los ¿de allá?

G: ¡Exacto! Alimentamos nuestros movimientos muertos, nuestro intento de entendimiento, alimentas mis lágrimas desde un principio ¿Es que no ves que tu fatal "nos comprendemos" me hace llorar? Pero con estas vueltas seguimos existiendo, como la máscara que usan, como la sopa de letras que comen, como la pintura que miran...

L: ¿¡Pero cómo no me vas a perdonar la vida!? Si yo te amo, si yo quiero verte sonreír, si quiero que te quedes aquí solo conmigo, si no me comprendes me matas-

Y mientras Letón lloraba Gapel comenzó a hablar:
G: -Estamos renovándonos, estamos dándonos vida ¿es que no ves? ; hay más manchas y el tiempo perpetúa las obras porque todos quieren dejar un testimonio, hasta nosotros Letón. Cuando una vez leí en una mano un escrito que decía "No importa lo que el artista quiera decir con la obra, si no lo que ésta diga por sí misma; la mancha, la línea, el punto... la letra" supe que no podemos dejar de impresionar, supe que seríamos el propósito mismo de gustar o no gustar, porque no importa cual sea la impresión, si no que lo que importa que exista alguna. Importa nuestro afuera, porque sin él nos matamos amigo mío. Importa el adentro porque aquí es dónde jugamos al intento de entendimiento, aquí es donde yo te puedo hablar, puedo llorar y te puedo escuchar el llanto.

L: Nuestras crisis mi amor, nuestras crisis-

G: ¿Te enteraste que somos como los peces? ¿Los peces que no tienen memoria?

L: Los peces olvidan a los seis segundos, a cada seis segundo-

G: -Tenemos todo el derecho a contradecirnos amigo.

L: Pero ¿cómo recordaste que somos peces?

G: Lo acabo de escuchar. Es que tú nunca prestas atención allá afuera...

L:...allá ¿afuera?

No hay comentarios: