martes, 24 de agosto de 2010

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La emisión radiofónica preparada por Artaud fué censurada, pese a haber sido anunciada para el día 2 de febrero de 1.948.
A propósito de todo esto hay una serie de cartas que reproducimos a continuación y que Artaud escribe a :
Fernand Pouey director de programas dramáticos y literarios de la radio france posteriormente dimitiría de su cargo por no estar de acuerdo con la censura de ese programa.
Wladimir Porché quién, como director de la radio, tomó la decisión de no emitir la radiofonía.
René Guilly que entiendo escribió un artículo en la revista "Combat" de tendencia marxista a raíz de escuchar la grabación en un pase privado organizado por Artaud y Pouey en un cine abandonado.
R.Padre Laval sacerdote católico que formó parte del comité de "sages/sabios" que escuchó la radiofonía a puerta cerrada en los estudios de la radio el 5 febrero del 48 para dictaminar si era o no apta para su emisión, pese a que la respuesta fué positiva Artaud no desaprovecha la ocasión para dejar clara su postura ante la iglesia.

Al Señor Fernand Pouey

querido señor

Con respecto
a
"Para terminar de una vez con el juicio de dios"

El montaje general se distribuye así:
1 texto de apertura
2 efectos sonoros
que se mezclan con el texto recitado
por María Casares

3 danza del Tutuguri texto
4 efectos sonoros (xilofonías)
5 La búsqueda de la fecalidad
(recitado por Roger Blin)
6 efectos sonoros y redobles entre Roger Blin y
yo

7 El problema que se plantea es que".
(texto recitado por Paule Thévenin)
8 efectos sonoros y mi grito en la escalera
9 conclusión texto
10 efectos sonoros finales.

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Al Señor Fernand Pouey

11 de diciembre de 1947
Querido señor

. . . pemítame volver sobre el trabajo realizado.
Creo que en él se puede encontrar lo mejor y lo
peor.
Hice mucha radio antes de la guerra
con Paul Deharme
en radio información
y el trabajo que realicé en la suya estaba lejos de
representar una toma de contacto con ese medio
de expresión
pero por otra parte
es nesario que
el realizador
Señor Guignard
los técnicos
y en general
todos aquellos
con los que tuve algo que ver
comprendan
cuales fueron mis intenciones y deseos.
Si se considera el asunto en bloque tendremos la impre-
sión de un trabajo
caótico y no continuado;
una especje de azaroso y epiléptico
trozo
en el que la sensibilidad errante del oyente debe
también escoger
al azar
lo que le conviene.
¡¡Puees bien, no!!
Terminar de una vez con el juicio de nuestros actos
por medio de la suerte
y por una fuerza
dominante
es revelar
su voluntad
de una forma
bastante nueva
para indicar que el orden rítmico y la
eventualidad de las cosas cambiaron su
curso,
en la emisión que hice hay suficientes
elementos
rechinantes
punzantes
desencajados
chocantes
que montados en un orden nuevo
pueden evidenciar el logro del objetivo
perseguido
mi función era aportar
elementos
así lo hice
hay algunos malos
y otros que creo excelentes
espero que encuentre a un técnico
inteligente
que sepa darle a esos elementos
los insólitos valores que les
adjudiqué
crea en mis buenos sentimientos

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Al Señor Wladimir Porché.
director de radiodifusión

4 de febrero de 1948
Señor

me permitirá usted estar algo más
que indignado y escandalizado
por la medida que acaba de ser tomada
a último momento contra mi radiodifusión:
Para terminar de una vez con el juicio de dios
en la que trabajé más de 2 sema-
nas y que estaba anunciada en todos los
diarios desde hace más de un mes.
Usted no ignora con qué curio-
sidad esta emisión era esperada por la gruesa
masa del público
como una especie de
liberación, porque contaba con un conjunto sonoro
que lo iba a arrancar por fin de la rutina ordinaria de las
emisiones.
Tuvo entonces suficiente tiempo antes
de ayer domingo a la tarde en que
creyó que debía tomar esta medida de inter-
dicción

[de darse cuenta]
de la atmósfera especialmente favorable
que rodeaba la salida de esta emisión.
Ahora bien buscó en vano el escándalo
que hubiera podido producir entre la gente bien
intencionada,
y que no tomó partido
anticipadamente

como es el caso aquí.
Yo, el autor, escuché la
grabación como todo el mun-
do
muy de muy decidido a no permitir nada
que pudiera lesionar
el gusto
la moralidad
las buenas costumbres
la voluntad de honor
que pudiera por otra parte
chorrear
aburrimiento
lo ya visto
la rutina
quería una obra nueva, que apresara
algunos puntos orgánicos de vida,
una obra
en la que uno sienta todo el sistema nervioso
iluminado como en el fotóforo
con vibraciones
consonancias
que inviten
al hombre
a salir
con
su cuerpo
para perseguir en el cielo a esta nueva, insólita
y radiante
Epifanía.

P Pero la gloria corporal sólo es posible
cuando
nada
en el texto leído

choca,
tara
esta especie de voluntad de gloria.
Ahora bien busco
y encuentro
1 º la búsqueda de la fecalidad, texto cons-
telado de palabras violentas, de palabras horribles,
sí, hay palabras violentas, palabras
horribles,
pero en una atmósfera tan fuera de la vida
que no creo que exista en este momento
un público capaz de escandalizarse con
ellas.
Todos deben comprender
que estamos hasta la coronilla de la su-
ciedad
tanto física como fisiológica
y desear
un cambio
corporal
de fondo.

Queda el ataque del comienzo al capitalismo
americano.

Pero habría que ser muy ingenuo, señor Wla-
dimir Porché para no
comprender que en este momento tanto el capitalismo americano
como el comunismo ruso nos conducen a
la guerra, entonces por medio de voces, tambores y
xilofonías alerto a las individualidades para
que se unan.
soy
ANTONIN ARTAUD

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Al Señor Fernand Pouey

Ivry-sur-Seine, 7 de febrero de 1948

Me enteré de su admirable actitud respecto
a mi radiodifusión.
Perdón por el perjuicio que le causo
y
gracias
por defenderme así con
todo su corazón.
Sé que se jugó y arriesgó su
posición
pero no comprendo que una incompe-
tencia, que acaba de salir del colegio como Wla-
dimir Porché se arrogue el derecho de suspender la
difusión de un documento anunciado desde hace
muchas semanas
y en consecuencia
escuchado
por decenas de técnicos que juzgaron
su valor
y decidieron
su emisión.
Hay en todo esto un golpe de autocratismo arbitrario
que no debe soportarse.
Por otra parte le escribí a WIadimir Porché una
carta
exponiéndole
en detalle
y de una manera simple y muy clara
cómo y por qué escribí mis
textos y compuse esta emisión.
Con respecto al sentimiento del oyente poco advertido
ninguna
emisión fue esperada nunca con más curio-
sidad e impaciencia por el grueso del público
que precisamente confiaba en esta emisión
para formarse un criterio frente a ciertas cosas de la vida.
Esta emisión es una larga protesta
contra el erotismo congénito de las cosas contra
el cual todo el mundo en su subconsciente quiere
reaccionar y contra la arbitrariedad social política y
eclesiástica (religiosa) en consecuencia ritualista de la
ley.
Pues el cuerpo social está harto de ritos. Habrá que
pedirle a Wladimir Porché esa carta
para reproducirla en la Prensa
Suyo de corazón


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Al Señor René Guilly:

7 de febrero de 1948.

Señor,
Esta mañana cuando leí su artículo en "Combat" creí
soñar, por otra parte estoy sorprendido de que lo publi-
caran.
Pues tengo una idea mucho más alta que la suya de ese
famoso público.
Lo creo infinitamente menos podrido de prejuicios de
lo que usted piensa.
Los que el lunes a la noche sitiaban la radio
y espera-ban con una curiosidad y una impaciencia jamás vista,
la emisión intitulada
"Para terminar de una vez con el juicio de Dios"
pertenecían a ese gran público
peluqueros,
planchadoras,
vendedores de cigarril1os,
ferreteros, ebanistas, obreros gráficos,
en resumen gente que se gana la vida con el sudor de
su frente,
y no capitalistas de estiércol enriquecidos en se-
creto
que van los domingos a misa y de-
sean por encima de todo el respeto de los ritos y de
la ley.
Mi emisión los hubiera aterrorizado a ellos
y a algunos rufianes de la Butte prematuramente
enriquecidos que tienen ese miedo nauseabundo
de las palabras.
Como sea
hay que considerar como pecado y crimen el
haber querido prohibirle expresarse a una voz humana
que se dirigía por primera vez en estos tiempos
a lo mejor del hombre
2º Los libros, los textos, las revistas son
tumbas, Sr. René Guilly, tumbas como para
vomitar.
No viviremos eternamente
rodeados de muertos
y de muerte.
Si todavía quedan prejuicios
hay que destruirlos
el deber
digo bien
EL DEBER
del escritor, del poeta no es ir a ence-
rrarse cobardemente en un texto, un libro, una
revista de los que ya no saldrá nunca
más
sino al contrario salir afuera
para sacudir
para atacar.
al espíritu público
si no
¿para qué sirve?
y ¿para qué nació?
3º Sea como sea
no soy director de coros
nunca supe cantar,
y menos aún
hacer cantar.
En esta radiodifusión sólo in-
tenté
yo que nunca toqué un instrumento en mi
vida,
algunas xilofonías vocales
sobre xilófono instrumental
y logramos el efecto.
Quiero decir que esta emisión era la
búsqueda de un lenguaje que pudiera com-
prender cualquier peón o carbonero
lenguaje que anunciaba por medio de la emisión cor-
poral las verdades metafísicas más ele-
vadas.
Usted también lo reconoció y por esa razón
prohibirla constituye una abyección y una infamia.
Esto era lo que quería decide, Sr. René
Guilly.

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.carta abierta al Rerevendo Padre Laval.

Señor,

Está muy bien que
reconozca el derecho a la expresión total
e integral de mi indivídualidad por muy singular
que sea
y
por muy heterogénea que pueda aparecer.
Pero hay algo que usted no di-
ce
y que constituye una reserva de fondo con
respecto a ese derecho a la expresión: usted mismo estaba
y está
ligado por 2 ritos
CAPITALES
cuando pronunció esas, palabras,
estaba en realidad
ligado por 2 ritos
que con su propio consentimiento
le paralizaban las manos,
usted como todo sacerdote
estaba
y está ligado
por los 2 ritos
de la consagración
y de la elevación
de la misa,
usted como todo sacerdote católico
había celebrado su misa esa misma mañana,
y en la cere-
monia llamada misa entran
en primer plano
esos 2 ritos de ligadura
que para mí
tienen el valor de un verdadero
maleficio.
La consagración
y
la elevación
son
maleficios de
un orden especial
pero
mayor
que capitaliza si puedo decirlo
la vida
que drena todas las fuerzas espirituales en
una dirección tal que todo lo que es cuerpo
se
reduce a nada
y sólo queda una cierta
vida psíquica
totalmente liberada
pero tan libre
que todos los fantasmas
del espíritu
del puro espíritu
pueden desatarse y allí
tiene lugar la siniestra y torrencial expansión
de la vida diluviana
de los bichos obsesivos
que es contra lo que
luchamos
porque la infame vida sexual está detrás de las
libres expansiones del espíritu
y porque
eso es lo
que la consagración y la elevación
de la misa
han
sin decirlo
liberado.
Hay una nauseabunda
coagulación de la vida
infecciosa del ser
que el cuerpo puro
rechaza
pero que
el puro espíritu
admite
y la misa lo
arrastra a eso
por medio de sus ritos.
Esta coagulación mantiene la vida
actual del mundo
en los bajos fondos espirituales
donde no deja de zambullirse.
Pero la conciencia general
no comprenderá nunca,
por qué un cuerpo macerado y pisoteado
triturado y compilado
por el sufrimiento y los dolores de la cruci-
fixión .
-como el cuerpo siempre vivo del Gólgota--
será superior a un espíritu
que se entrega a todos los fantasmas de la vida interior
que sólo es la levadura y el grano
de todas las fantasmagóricas bestializa-
ciones pestilentes.

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